China ha congelado todas las aprobaciones de licencias de videojuegos.

Bloomberg informó que han pasado cuatro meses desde que los reguladores de China aprobaron la venta de nuevos juegos en el mercado.

Según “personas familiarizadas con el asunto” la congelación se produjo debido a una reestructuración en curso de los departamentos del gobierno chino, incluida la Administración Nacional de Televisión y Radio, que es responsable de otorgar licencias, y el Ministerio de Cultura y Turismo, que se ha vuelto cada vez más estricto con respecto a la regulación de los videojuegos en los últimos años.

Actualmente, no existe un liderazgo claro dentro de estos departamentos, y los burócratas son reacios a asumir riesgos al permitir la entrada de nuevos productos en el mercado. Este es especialmente el caso de los juegos, que junto con su potencial para incluir contenido que el gobierno considera ofensivo, tienen una reputación negativa. La reciente locura de las loot boxes ha causado escrutinio adicional, con el gobierno viendo esto como preocupante y catalogándolos como juegos de azar.

La congelación ha causado caos en el mercado de juegos más grande del mundo, particularmente para Tencent, que ha perdido $ 150 mil millones de su valor de mercado desde el comienzo del año. Tencent aún está esperando la aprobación de la licencia para las versiones de escritorio de PUBG y Fortnite, junto con la versión móvil de PUBG. La semana pasada, Tencent se vio obligado a sacar a Monster Hunter: World de su servicio de distribución debido a problemas de licencia.

Mientras tanto, el congelamiento ha sacudido a toda la industria, ya que Tencent distribuye juegos en China para algunos de los editores más grandes del mundo, incluidos Activision, Blizzard y EA. La industria japonesa de juegos también ha sufrido, con las acciones de Capcom cayendo un 2,7 por ciento y Konami cayendo un 4,2 a raíz de la congelación que se informó.

Mientras que una empresa tan grande como Tencent casi con certeza podrá resistir la congelación, una preocupación más apremiante es que los pequeños desarrolladores tendrán que cerrar si continúa la congelación.

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