Call of Duty, PlayStation y la ironía de la competencia

A un año del anuncio de la compra de Activision Blizzard los intereses de PlayStation son el principal obstáculo.

Recientemente se cumplió un año del que en ese entonces se pudo considerar el negocio de la década en el gaming, del que ya vimos una poderosa razón para llevarlo a cabo y que poco más de 365 días después continúa entrampado. Lo último podría sorprender si se tratara de otro tipo de negociación, pero dado que esto puede cambiar diametralmente el panorama del gaming, numerosas agencias de regulación revisan el asunto y cada tanto se topan con el reclamo de PlayStation.

Evidentemente, en un contexto como el de esta negociación surgen intereses de otras partes que pueden no estar de acuerdo, por lo que la férrea oposición de Sony no es algo casual y sobre todo con unas cifras que veremos a la postre. A primera vista se puede intuir que al igual que Xbox y su 2022 con Halo, Sony depende de Call of Duty, pero las mismas esconden un fenómeno propio de la economía que hace caer los argumentos de PlayStation en una contradicción no muy visible; especialmente porque desde Xbox se quiso dejar las cosas muy claras desde un inicio.

A medida que los reguladores del mundo fallaban a favor de Microsoft, Phil Spencer explicó numerosas veces que Call of Duty tiene mucho arraigo en las consolas de Sony y no pretenden que la saga deje de publicarse en PlayStation, pues de forma resumida sería un suicidio financiero. A pesar de esto, desde PlayStation contraatacan cada tanto con argumentos al respecto criticando cualquier ofrecimiento de parte de Microsoft, por coherente que este sea para todos y alguna que otra vez partiendo de que se intenta establecer un monopolio.

Las razones de Sony para esto son muy obvias para los más entendidos de la industria, y lo son tanto que de los siguientes gráficos sale la conclusión de que PlayStation necesita más a Call of Duty, que Call of Duty a PlayStation.

PlayStation Call of Duty

Para este artículo contrastamos año con año las ventas del Call of Duty de turno, pues es un lanzamiento anual, contra el exclusivo más potente de Sony para cada año; así pues, cada lanzamiento de la franquicia de Activision se contrastó en su respectivo contexto con títulos como The Last of Us (2013), Uncharted 4 (2015) o Horizon Zero Dawn (2017). Por convención fue utilizada la versión de PlayStation 4 para la comparación, debido a sus cerca de 10 años en el mercado.

Podemos ver a simple vista que aunque los juegos de la propia PlayStation sacan muy buenas ventas, todo se va hasta el cielo cuando sale el Call of Duty del año en curso, pues salvo en 2016 y 2020, este título suele sacarle entre 2 y 4 millones de diferencia al principal exclusivo de Sony y para el caso de las consolas se puede ver una tendencia similar.

En este otro gráfico se busca comprobar si Call of Duty es, como se dice entre gamers, un “vende-consolas” y por la misma razón del gráfico anterior se hizo el contraste versus PlayStation 4. La situación con el lanzamiento de Sony y la venta de consolas lleva una tendencia muy parecida y proporcional en la que incluso podemos apreciar que muchísima gente en 2013 compró Call of Duty: Ghosts anticipadamente con planes de adquirir un PlayStation 4 el año siguiente.

Aunque lo que ocurre con estos gráficos puede parecer evidente y da a entender que Sony ya tiene asegurado el público de esta saga, cabe preguntarse qué tan dispuestos estarían de quedarse en PlayStation si se concreta lo de Activision Blizzard. La respuesta es uno de los fundamentos del título de este artículo y, dicho sea de paso, la mayor contradicción de Sony.

PlayStation y otros agentes del mercado tecnológico temen un monopolio por parte de Microsoft, pero resulta que todos estos años Call of Duty ha resultado un caso muy particular de competencia monopolística, ya que aunque se tiene técnicamente el mismo producto (el juego de Call of Duty del momento) en todas las plataformas, la realidad es que este es diferenciado, pues mediante acuerdos previos con Activision, los jugadores de PlayStation tienen una serie de privilegios sobre el resto, como es el caso de betas anticipadas, contenido exclusivo y muchos otros más que los jugadores de otra versión no podrán tener… y si llegan a Xbox o PC, es cuando ya se lanza la siguiente entrega. Estos acuerdos serán respetados por Microsoft hasta su vencimiento.

Sin querer tomar partido por una u otra, lo realmente cierto aquí es que Call of Duty es una IP de millones de jugadores que se puede aprovechar de una y mil maneras y cuya -mayor- apertura es toda una oportunidad en ciernes que de concretarse, en Planeta Gaming contamos con la experticia necesaria para este eventual escenario.

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