Atari VCS podría ser el fracaso más grande de la industria después de Ouja y Zeebo

A pocos meses del lanzamiento de la una vez hypeada Atari VCS podríamos estar ante uno de los mayores fiascos de la última década.

En julio de 2017 y con toda la comunidad gamer todavía hablando de la NES Classic Edition ya resultaba un tanto obvio que otras empresas se tirarían al ruedo con reediciones de pasadas glorias. Una de las que hicieron ruido hace exactamente 3 años fue una consola que dejaba entrever que Atari volvería a las andadas y que mantenía su status de marca de culto. La misma recibía el nombre de Ataribox por aquel entonces y al menos en ese momento pintaba como algo prometedor, aunque con ciertas reservas.

Justo por aquellos días se manejaba a manera de rumor que la consola sería financiada vía crowdfunding, lo que dado el fiasco de Mighty N°9 hacía empezar a tener escepticismo. Algunos medios inclusive pronosticaron que de ser el caso y no cumplirse las expectativas, Atari repetiría de cierta manera la catástrofe de 1983 al acabar con toda credibilidad de estas iniciativas.

3 años más tarde dichas predicciones se han cumplido solo parcialmente, ya que la ahora conocida como Atari VCS si se financió por esta vía, llegando a recaudar unos US$3 millones de quienes apoyaron el proyecto. Actualmente está por salir a la venta, las preorders ya se pusieron en marcha y esta es la parte donde no terminaron de acertar los supuestos, pues aunque no va a provocar ninguna tragedia ni crisis, si hay elementos para pensar en lo peor.

Atari VCS inició queriendo aprovechar el hype de las reediciones clásicas, pero de paso prometiendo algo más: Que además de los juegos retro sería una consola moderna. Posterior a esto inició la campaña que sobre la base de 100 juegos retro preinstalados pretendía conseguir financiamiento; la misma consiguió la cantidad antes citada y meses más tarde fue que empezó a oler mal el asunto.

Casi al mismo tiempo de conocerse que se había alcanzado la astronómica cifra, Atari empezó a recorrer algunos eventos con la consola, aunque sin ponerla nunca a funcionar. Esto empezó a despertar muchas sospechas acerca de su situación real que luego fueron reforzadas con sucesivos retrasos de su salida: No se había hecho progreso alguno y para ese punto solo teníamos una caja parecida a la de la 2600 y eso era todo; aunque posteriormente si veríamos alguna funcionalidad, ni siquiera esto ayudó, pues otros factores -y alguno que otro detalle menor- eran demostrativos de que el proyecto no tenía ni pies ni cabeza.

Durante 2019 las cosas fueron un tanto tranquilas, excepto porque en octubre se supo una noticia que destapó la Caja de Pandora. Por esos días Rob Wyatt, quien era el principal arquitecto de la consola, renunció al proyecto debido a incumplimientos por parte de Atari, entre otras cuestiones, como el hecho de que no se alcanzaron acuerdos con Unity o Epic Games (Unreal Engine) en lo que respecta al uso de sus motores gráficos o que la máquina carece de medidas contra la piratería.

Para el momento de la renuncia, Wyatt tenía 6 meses de no cobrar por sus servicios, además de confirmar que en efecto no solo no se había hecho gran cosa con la consola, sino que no habían grandes exclusivas en desarrollo; cosa que luego quedaría demostrada al saberse que únicamente 2 juegos estaban confirmados para la Atari VCS: Tempest 4000 y Missile Command: Recharged, este último sería después motivo de algo de indignación.

Entre el momento que se revelaron estas inconsistencias y los actuales anuncios sobre el precio de ambas versiones de la consola fueron mostrados algunos videos en los que esta corre Netflix y otros servicios multimedia y algo de gameplay de Fortnite en los que puede notarse otros aspectos cuestionables.

Y es que si bien las referidas plataformas correrán en la Atari VCS , lo harán a través de un navegador (nótese la notificación que aparece cuando en la demostración se loggean a Netflix) y el popular Battle Royale no tiene una versión propia para la consola, sino que es una adaptación un tanto forzada del juego para Windows.

A esto se añade que los tan promocionados juegos retro son de una compilación que lleva por nombre Atari Vault, la cual se vende en Steam desde hace 4 años y que ahora cuesta unos US$10.00, por si fuera poco, Missile Command: Recharged también puede encontrarse en esta tienda digital desde hace un par de meses por US$3.00… y se había promovido como exclusiva de esta consola, ¿Recuerdan?

Si todo lo anterior es claramente para ponerse a pensar si valdrá la pena comprar una, el clavo en el ataúd lo ponen su potencia el anuncio final de su precio. Extraoficialmente se conoce que Atari VCS sería por mucho la menos potente de las consolas actuales, ya que su GPU tendrá apenas 0.46 Teraflops y se venderá en 2 versiones: Una de 4GB de RAM por US$250.00 y otra con 8GB por cerca de US$400.00; sin que haya otras diferencias palpables entre ambas.

Este último dato será lo que en definitiva definirá la suerte de lo que podría considerarse la última oportunidad de Atari y tal como han ido las cosas y con toda esta evidencia es claro que no podemos esperar mucho, ya que el desarrollo ha estado lleno de inconsistencias que no ha habido casi ningún esfuerzo por ajustar y todavía no hay fecha exacta para el lanzamiento -salvo que sería este año-, por lo que es claro que no va a tener muy buena recepción.

Quizá no vaya a dañar la credibilidad del crowdfunding, pero si la de la propia Atari al punto de que sea el tiro de gracia a una marca una vez icónica y que hoy no es ni la sombra de lo que fue alguna vez.

Fuente 1

Fuente 2

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