¿Qué significa realmente el retraso de Halo Infinite?

Ante el sorpresivo anuncio acerca de Halo Infinite gran parte de la comunidad puso en duda el panorama del debut de Xbox Series X.

Antes y durante la pandemia del COVID-19, aunque no sin ningún problema, la industria del videojuego se encaminaba hacia una nueva generación en la que Microsoft y Sony -con el perdón de Nintendo- se preparaban de nuevo a una disputa por el liderazgo con sus nuevos aparatos Xbox Series X y PlayStation 5. Los planes para ambas iban viento en popa a pesar de las circunstancias hasta hace muy poco, cuando el casi seguro dominio de Microsoft pareció tambalearse tras un anuncio que cayó como balde de agua fría a toda la comunidad.

Con este comunicado esta semana la gente de 343 Industries dio la noticia de que el esperado Halo Infinite se retasa hasta el año próximo sin una fecha concreta. Las razones de esto están a la vista, las conocemos todos y de entrada podríamos suponer que Microsoft se la puso en bandeja a Sony ante la falta del juego más fuerte para el debut de Series X e incluso se podía dudar de que esta última saliera este año; la compañía misma se encargó de responder esta incógnita horas más tarde y con ello se abren otras cuestiones al debate.

Tradicionalmente los lanzamientos de consola han estado atados a uno o varios juegos muy fuertes que aparecen ya sea el día 1 o en los primeros 3 meses de vida de la misma, esto es especialmente válido en el caso de Nintendo y Microsoft debido a que cuentan con IPs fuertes que tienen gran reputación entre los gamers y son perfectas para un debut. Microsoft planeaba recurrir a esta estrategia esta vez y sin embargo, lejos de quedarse sin planes lo que hicieron fue revelar la fecha concreta de la salida de la consola, que además ha estado precedida de grandes hitos tecnológicos para la marca.

Si bien es cierto y evidente que los videojuegos son uno de los pocos sectores que han sido rentables durante la crisis, cabe destacar que aunque mínimas, también han habido afectaciones, las cuales van desde contagios hasta las complicaciones propias del home office. Ante tal situación cabría esperar que se diera un anuncio como el de Halo Infinite en la medida que el desarrollo saliera afectado, por lo que Microsoft optó por fortalecer el lanzamiento de Xbox Series X con otras herramientas.

Es de sobra conocido que esta máquina será compatible con todo el catálogo anterior de las distintas Xbox, además de los cambios que se han hecho a Xbox Game Pass para su operación con la plataforma de juego en la nube que se lanza en septiembre. Especialmente lo último se ha estado dando precisamente semanas antes de dar la noticia del retraso de Halo Infinite, por lo cual más que apoyarse en un juego muy fuerte y de culto como lo es la última entrega de Halo, es muy posible que Microsoft tuviese un plan B y que el mismo estuviera fundamentado en el ecosistema construido.

A la fecha Xbox Game Pass tiene un catálogo que sobrepasa el centenar de juegos, que cuando aparezca Project xCloud podrán jugarse en donde los usuarios quieran. A esto hay que agregar que también se han hecho movimientos hacia la democratización del juego en línea de Microsoft para acompañar dicho contexto. Todo esto estaría encaminado a alcanzar la mayor cantidad de usuarios potenciales posibles a solo unos meses de la salida de Series X y si bien el nuevo Halo tendrá que esperar, todos ellos tendrán opciones de sobra con qué probar el contenido disponible y de ese modo, tomar una decisión sobre la compra de la consola.

En conclusión, es muy pronto para decir que Microsoft ha perdido la guerra, pues aunque deberemos esperar más para que Master Chief entre al campo de batalla, es bastante evidente que cuentan con arsenal de sobra, al punto de atreverse a decir cuando saldrá la consola justo el mismo día que se retrasó el juego; el tiempo dirá si estas decisiones rinden frutos.

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